¿Cuántas víctimas más se necesitan?

Por Guillermo Robles Ramírez

Coahuila tiene una enorme población canina, siendo en su mayor parte perros callejeros que pueden tener dueños, pero éstos no les dan la atención ni cuidado indicado, abusando y aprovechándose de la apatía e indiferencia que en este tema han mostrado no solo las autoridades municipales de los 38 ayuntamientos de la Entidad, sino de los mismos legisladores que dicen van a crear reglamentos y leyes que sancionen a los propietarios de canes sueltos por las calles de cada ciudad, pero todo queda en “…queremos hacer…”, pero no llegan más lejos de esa frase.

            No es un problema nuevo, lleva ya sus años y los grupos de adopción canina han sido insuficientes para contener cada vez mas los cientos de miles de perros callejeros que pululan desde los municipios más pequeños hasta el más grande.

            Los medios de comunicación sobre todos los impresos, hacen su buena labor de hacer público las denuncias en donde se observan fotografías de jaurías de perros abandonados que se juntan en parques públicos, calles de colonias y otros lugares públicos en donde se juntan para sobrevivir representando esto una amenaza potencial de ataque de perros para cualquier paseante, sea menor de edad o adulto.

            Es lamentable que este tipo de historias solamente lo retomen las autoridades cada vez que se publica el ataque a humanos por perros sueltos, siendo lo más triste que estas agresiones han sido a la población más indefensa y débil que son los niños.

            Y hasta parece casualidad que cuando llega a suceder este tipo de ataques de canes a humanos se trata de la raza “Pitbull”, y que generalmente ocasionan la muerte a un pequeño cuando es atacado ferozmente hasta acabar con la vida de ese inocente, víctima no de la ferocidad del canino, sino del entrenamiento que se dio a ese perro para atacar a quien sea, incluyendo en ocasiones que lo hacen hasta con sus propios dueños cuando éstos los fastidian y molestan demasiado en su adiestramiento de ataque.

            Dicen los “criadores”, cuidadores o dueños de los “Pitbull” que son perros de pelea y difiero totalmente, pues una cosa es que los entrenan y los hacen canes de pelea que dizque nacen para pelear y atacar.

            Es tanto como decir que un ser humano que en el futuro se convierte en boxeador, haya nacido “boxeador”, por lógica es rebatible se acepte o no, pues los animales y humanos no nacen malos, se van haciendo o los va haciendo el trato de la vida cotidiana.

            Por tanto, la responsabilidad obliga que recaiga con todo el peso de la ley sobre el propietario o dueño del can dizque destinado a peleas y no tratando de remediar las cosas sacrificando al perro que fue entrenado y enseñado a atacar.

            Las leyes actuales no están hechas para ir sobre los entrenadores a pelear de cualquier raza de animales, generalmente quien paga las culpas ajenas no son sus amos, sino el mismo can que por una u otra circunstancia ataca.

            Es lamentablemente tener que seguir viviendo episodios como el mencionado anteriormente en donde la indiferencia de las autoridades que no pasan de criticar los hechos funestos.

            Algo por lo que estoy seguro es que el sacrificio de unos cientos de perros callejeros ni siquiera representaría un paliativo para combatir este problema que estamos creando nosotros los humanos y no es la naturaleza o de la nada el que haya tantos canes pululando por las calles, mientras sus amos disfrutan la comodidad de su hogar frente a la televisión o echándose las chelas y esperando el fin de semana para llevar a su perro de “pelea” a echarse un “tropo a la uña”, apostando fuertes cantidades de dinero, con la complacencia de las autoridades.

Se necesitan más víctimas inocentes para que nuestras autoridades y los diputados puedan regular esta situación, sino para acabar definitivamente con este problema al menos reducirlo para que ya no haya más pequeños, jóvenes y adultos atacados por los perros callejeros sin importar su raza, porque al final todos sacan el mismo instinto animal cuando se trata de sobrevivir o cuando se sienten amenazados. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México) www.intersip.org

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