Guillermo Robles Ramírez

¿Con qué moral?

Por Guillermo Robles Ramírez

Son muchos los coahuilenses que manejan sin licencia, sin placas en el vehículo o bien que violan alguno de los artículos del Reglamento de Tránsito o Vialidad, como el pasarse el semáforo en rojo; estacionarnos en doble fila; invadir los carriles para peatones; cajones exclusivos para capacidades diferentes; etc.

La verdad es que además de que no hay cultura o no la quieren tomar; como que nuestra forma de ser natural es la de ir contra las reglas, los reglamentos o las leyes.

Pero no solo los conductores son los que violan ese reglamento, sino que lo peor es que es normal que lo hagan los mismos que multan por no respetar esas reglas, o sea los propios policías de tránsito o vialidad.

Me ha tocado vivir casos concretos lo mismo en Torreón, Monclova, Saltillo, Piedras, Ciudad Acuña y otros municipios de la Entidad que por razones de trabajo me toca visitar.

Simplemente en la capital de Coahuila, en las vías rápidas, concretamente en los famosos “Puentes de la Gente”, vienen marcados límites de velocidad en la cual en diferentes tramos unos son de 90, 80, y hasta 60 kilómetros por hora y sí cualquier conductor respeta el límite marcado en la Ley de Movilidad y Seguridad Vial, es motivo de enojo para cualquier conductor en donde utilizan el claxon para que le den más rápido; lo rebasan con el clásico cerrón de carro, y acompañado con una grosería verbal o manoteo.

Durante esta semana me ha tocado vivir situaciones en estos puentes o vías rápidas en donde vehículos retan a los agentes de tránsito, ya sea en vehículos oficiales de cuatro ruedas o dos, en donde el particular le acelera intencionalmente más rápido, rebasando a los “dizque” oficiales de tránsito y la apatía de los agentes es tan notorio que hacen como que no los ven, pero tampoco él intentó de perseguirlos, sino que simplemente prefieren hasta cambiar de rumbo.

Pero hay otras cabeceras municipales en donde se viven diferentes experiencias porque en días pasados un compañero de trabajo estando en Torreón y que por descuido o porque no quiso no se puso el cinturón de seguridad del asiento de su vehículo y fue alcanzado por un motociclista vial y tras detenerlo e indicarle la razón por lo que le levantaría una infracción, el compañero periodista le respondió: Pero si tú no traes casco protector como motociclista. ¿Con qué calidad moral me infracciona? El abusón agente de tránsito, porque no se le puede llamar de otra manera, le respondió: “Ese asunto no es tuyo” y procedió a levantar la multa.

Recientemente en Matamoros, Coahuila, un conocido lagunero fue detenido en el “libramiento” que tiene esa población y al encontrármelo cargando gasolina, le pregunté la razón de la multa y me dijo que su a coche le faltaba una placa y le contesté, pero si la patrulla del policía tan poco traía y me respondió mi amigo, eso se lo dije, pero me respondió que a él nadie le tenía que decir sus obligaciones.

Otro caso que viví personalmente en Piedras Negras, fue el que en un crucero me pare encima del carril peatonal, que por cierto no lo vi de lo despintado que estaba. El agente de tránsito me llamó la atención y le indiqué: Pero si usted tiene parada su patrulla bloqueando el mismo carril peatonal. El oficial de vialidad, me respondió, “eso no le compete a usted”.

Insisto, con qué calidad moral nos puede infraccionar una autoridad si esta es la primera en no respetar las leyes. Es un hecho que los agentes están obligados a respetar para ser respetados y para exigir que se respeten, porque de otra manera ¿con qué moral infraccionan o nos llaman la atención?   (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México) www.intersip.org

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