África 2015: El petróleo y la irrevocable diversificación

Luanda (PL) La escabrosa caída del precio del petróleo a escala mundial, arrastrada desde el pasado año, carcomió en 2015 las economías de países africanos que dependen de su exportación como Nigeria, Angola, Guinea Ecuatorial y Gabón, entre otros.
Cual efecto dominó, estas naciones productoras vieron cómo se desplomaron sus ingresos de divisas a la misma cadencia que el importe del hidrocarburo.
A las claras, tales países acrecentaron sus riesgos relacionados con la estabilidad financiera, más aún para aquellos en que las exportaciones representan un ingreso fundamental para las arcas del Estado.
En un informe sobre perspectivas económicas regionales, divulgado en octubre, el Fondo Monetario Internacional (FMI) asegura que la actividad económica se debilitó notablemente en África subsahariana y en muchos Estados se disipó el fuerte ímpetu de crecimiento de periodos recientes.
Según el documento, si bien el clima de negocios y macroeconómico mejoró en la última década, otros factores que consolidaban el crecimiento ※en particular los altos montos de las materias primas y las condiciones financieras acomodaticias※ se volvieron menos favorables.
El FMI indica que si bien el crecimiento en África subsahariana sigue siendo más sólido que en otras regiones, se ubica este año en 3,75 por ciento, cifra más baja que la registrada en 2009, tras la crisis financiera mundial.
Alerta que países de bajos ingresos sufren las consecuencias de los valores de las materias primas, aunque la depreciación del coste del petróleo alivia la carga de su gasto en importación de energía.
Las más afectadas son las naciones exportadoras de carburante de la zona, reitera el FMI, pues la caída de los precios redujo drásticamente sus ingresos por envíos, obligándolos a realizar un fuerte ajuste fiscal.
De acuerdo con el Fondo, los países productores de petróleo representan aproximadamente la mitad del Producto Interno Bruto del continente (Nigeria y Angola, los principales productores).
Naciones de ingreso mediano -entre ellas Ghana, Sudáfrica y Zambia- también enfrentan una coyuntura desfavorable, que va desde los costos bajos de las materias primas hasta condiciones restrictivas de financiamiento e insolvencia de electricidad.
El ahorro ha sido parco durante este período de rápido crecimiento, argumenta el FMI y «eso ha dejado un limitado margen para contrarrestar los factores que traban la actividad en la región o para suavizar el ajuste a los shocks recientes».
Expone que para los exportadores de petróleo en particular, el ajuste fiscal es ineludible a la luz del marcado y aparentemente prolongado descenso de los valores del crudo.
Respecto a la política monetaria, el estudio sugiere que en los casos en los cuales los términos de intercambio hayan empeorado y el tipo de cambio no sea fijo, se debe permitir que este se deprecie y así absorba parte del shock.
Dadas las poderosas fuerzas que están detrás de estas presiones, la decisión de intervenir en este caso también implicaría el riesgo de agotar las escasas reservas de divisas, refiere la investigación.
Recomienda que las intervenciones de los bancos centrales debieran centrarse en contener movimientos desordenados del tipo de cambio.
«La actividad económica en África subsahariana desaceleró marcadamente», asevera el informe.
El ciclo de crecimiento que benefició muchas economías africanas ricas en minerales, «parece que ha llegado a su fin», subraya el texto.

DIVERSIFICACIûN
Bajo este complicado escenario, la diversificación de la economía se mantiene como blanco fundamental de la estrategia diseñada para estabilizar el ritmo de crecimiento de África y reducir esa dependencia excesiva del petróleo que tienen muchos países del continente.
Tal apremiante la sugirió el ministro angoleño de Relaciones Exteriores, Georges Chikoti, en una reunión de ministros de las Finanzas y gobernadores de los bancos centrales africanos (Caucus africano) que en agosto se realizó en Luanda.
Recordó que la contracción en el progreso resulta global y si se tiene en cuenta la mengua del costo del petróleo en el mercado internacional afecta a todas las economías.
Comentaristas arguyen que por la descomunal concentración de la actividad económica en el sector petrolero, África se expone a crisis periódicas y recurrentes, relacionadas con la volatilidad de los importes.
Angola no escapa a esa inestabilidad, sin embargo, precisó Chicoty, continúa siendo un país extremamente importante en el conjunto de las naciones de la región y en el mundo, porque tiene recursos naturales vitales, un Plan Nacional de Desarrollo y políticas regulares en todas las áreas.
Para el jefe de la diplomacia, Angola es un país que destaca en términos de estabilidad política y crecimiento económico.
En el mismo encuentro, el vicepresidente angoleño, Manuel Vicente, defendió el diálogo y la concertación entre responsables políticos y técnicos de los sectores financiero y monetario de los Estados africanos.
De esta manera, indicó, África podrá contribuir de forma convergente y consistente en un momento de desequilibrio de la economía mundial.
Tal contribución (coherente), precisó, debe hacerse a nivel del Banco Africano de Desarrollo, el Banco Mundial (BM) y el FMI.
Vicente refirió que se trata de instituciones con las cuales resulta esencial profundizar y consolidar la cooperación para que sea posible edificar un sistema de financiamiento internacional más justo y compatible con el desarrollo sustentable.
En el actual panorama económico y financiero, prosiguió, debemos hacer un llamamiento más fuerte a las instituciones de Bretton Woods que apoyan la industrialización continental para ser posible la transformación y diversificación económica.
Recalcó que resulta crucial la industrialización de la región y «debemos tener una diversificación más amplia e integrada de la economía, basada en las cadenas de valores, nacional y regional, en sectores en los cuales tenemos o podemos ser capaces de competir». Para concretar esa visión, detalló, será importante agregar más valores a los recursos que posee la zona, ya sea a través de infraestructuras y actividades complementarias o de soporte como los sistemas de transporte, las telecomunicaciones, la banca y las finanzas.
El encuentro del Caucus africano expresó su voluntad de encontrar formas para que las instituciones de Bretton Woods -FMI y BM-, apoyen el financiamiento de proyectos transformadores, en especial las infraestructuras.
Ante las perspectivas de los mercados financieros mundiales, cada vez más volátiles, lo que dificulta el acceso a recursos para financiar los objetivos de desarrollo sustentable, los gobernadores de los bancos centrales de África presentaron lo que denominan soluciones transformadoras.
Estos arreglos pasan por el refuerzo de las políticas públicas, armonía de los cuadros reglamentarios y el desarrollo de acuerdos público-privados, así como la mejora del ambiente de negocios y la reestructuración de la deuda soberana de los Estados.
Se trata de soluciones que sirven para desencadenar el potencial de las personas y el sector privado, así como incentivar los cambios en los patrones de financiamiento, el consumo/producción y el apoyo al desarrollo sostenible.
Creado en 1963, el Caucus tiene como principal objetivo fortalecer la voz de los gobernadores del continente sobre cuestiones importantes de desarrollo socioeconómico de la región dentro de los órganos de las instituciones de Bretton Woods.
Denominada formalmente como la Conferencia Monetaria y Financiera de las Naciones Unidas, la de Bretton Woods fue la reunión de delegados de las 44 naciones aliadas en un hotel en la ciudad homónima, New Hampshire, Estados Unidos, para regular el sistema monetario y orden financiero después de la Segunda Guerra Mundial.
Pese a los reajustes e iniciativas, las fluctuaciones en el valor del oro negro confirmaron las sospechas de que la economía continental transitó en 2015 debilitada por esta fuerte sumisión del crudo.

*Corresponsal de Prensa Latina en Angola.

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