Julian Santiesteban

A tiro de piedra: Tulum, cimentar el futuro

El futuro está oculto detrás de los hombres que lo hacen 

Anatole France 

Por Julian Santiesteban 

Tulum se convierte cada vez más en la imagen de Quintana Roo, su zona arqueológica es referente mundial y su crecimiento exponencial representa un enorme reto para su gobierno y las próximas administraciones estatales, pues el turismo es un éxito, pero es fundamental acompañarlo de desarrollo. Imagine, por ejemplo, que este destino tiene ya unos siete mil 400 cuartos y hotel y, hasta ahora, no cuenta con una sola institución de educación superior para sus habitantes. El reto en seguridad es enorme, pero también las brechas de desigualdad social. Ahí está la clave para quien busca afianzarse políticamente para los próximos tres años. 

El destino ha sido señalado internacionalmente en las últimas semanas por el relajamiento en las medidas de sanidad, aquí hay miles de turistas vacacionando y eso que aún no llega la temporada de Semana Santa; pero más allá de lo evidente, a los gobiernos y actores políticos les alcanza la responsabilidad de ver las necesidades de los que aquí habitan, no sólo de los que están de paso. Como recientemente declaró el presidente de los hoteleros en este sitio, David Ortiz Mena: “A Tulum se le vente como destino sustentable, pero tiene incongruencias que hay que corregir”, y tiene razón. 

De acuerdo con el Censo de Población y Vivienda 2020 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), Tulum tiene 46 mil 721 habitantes, si se contrasta con el millón que tiene Cancún, la diferencia es abismal; sin embargo, aunque la población es pequeña, los retos demográficos y de desarrollo para el largo plazo ya están presentes, la infraestructura es necesaria, por aquí pasará el Tren Maya, se construirá el segundo aeropuerto de Quintana Roo; la región posee las mejores playas del estado y el crecimiento urbano y poblacional está ocurriendo de manera exponencial y es fundamental reglamentarlo, por ello el anuncio de la construcción de la Universidad Tecnológica de Tulum fue, acaso, el anuncio de mayor impacto para su sociedad en los años más recientes. No para el turismo, probablemente, no para todos los empresarios, no para los que acostumbran a ver solamente playas y vestigios arqueológicos o una posibilidad de negocio. Pero sí para los que aquí habitan, para los que no pueden ir a otro lado a formarse y ven en la escuela la posibilidad de salir de una vida de limitaciones. 

El gobierno municipal, la administración de Víctor Mass Tah, tiene aún muchos pendientes, los cuales buscan atender con la posibilidad de una reelección en junio, pero independientemente de ello, pero legar la primera universidad es el mayor acto de justicia para los fundadores de Tulum y sus descendientes, es acercar un medio para salir adelante, es ver en los que aquí habitan a ciudadanos capaces de sobresalir, no sólo de trabajar en los niveles bajos de la industria turística; es permitirles, en suma, soñar con un mejor futuro. Así se sientan las bases de un mejor porvenir. Buena noticia, sin duda. 

Por cierto, la obra será realizada entre el gobierno municipal, la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) y la de Educación Pública (SEP), y la primera etapa se entregará en septiembre, así que, la garantía de su continuidad está más allá de los vaivenes políticos, tanto por el origen, como por el cambio o continuidad de administración a partir de ese mes. 

Ciertamente, Tulum tiene muchos pendientes, de Chemuyil a Punta Allen; de Akumal y Cobá a Macario Gómez; todos los puntos poblacionales tienen enormes carencias de infraestructura de servicios, pero también es el que tiene la mayor reserva territorial, por ello el ordenamiento es urgente y debe hacerse contemplando que esta será la región de mayor crecimiento poblacional en los próximos años. Si los proyectos emblemáticos del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador se concretan, a esta zona llegarán hordas de migrantes, será mucho más grande que Solidaridad; así que los cimientos que ahora se sientan no sólo son fundamentales; porque más allá de la política, hace falta más gobierno. 

COMENTARIO MORBOSO 

A propósito de Tulum y el proceso electoral en curso, parece que los grupos en disputa por la alcaldía han quedado ya definidos, luego del desastroso proceso interno en Morena en todo Quintana Roo, que generó enconos y mantiene en la indefinición algunas de las candidaturas en municipios como Othón P. Blanco, Solidaridad y Benito Juárez. En el llamado noveno municipio falta ahora lo más importante: ganar los votos del electorado. 

Este jueves, el Tribunal Electoral de Quintana Roo (Teqroo) desechó el Juicio para la Protección de los Derechos Políticos JDC/034/2021 presentado por David “Fili” Tah Balam, en contra de la designación de Marciano Dzul Caamal y la integración de la planilla del virtual candidato. La autoridad electoral destacó que Tah Balam se desistió del proceso interpuesto; y cabe decir además que el mismo ya fue integrado y propuesto como regidor. Antes, otro aspirante de Morena a la presidencia municipal, Jorge Portilla Manica, ya se había unido al equipo de Dzul Caamal, como coordinador general de la campaña. Con esto, el equipo parece consolidado. 

El tercero de los aspirantes, el dirigente de los hoteleros, David Ortiz Mena, se ha unido al equipo del actual alcalde Víctor Mass Tah y de Edgardo Díaz Aguilar. No es de despreciarse esa alianza, finalmente son los empresarios del sector turístico y los apellidos tienen amplio arraigo en la política nacional, tanto del pasado como del presente; que sumados a la dinámica que le ha impuesto a la administración pública el tesorero con licencia, bien pueden posibilitar la permanencia del actual gobierno, aun con (o gracias a) los rumores de ajuste en la planilla. De los demás partidos que compiten en lo individual, no hay mucho que decir, por lo menos en esta región quintanarroense, no se les ve mayor futuro por ahora; así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima. 

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