A TIRO DE PIEDRA: TABLETS PARA ESTUDIANTES, “CAJA CHICA” PARA EL GOBIERNO

No obliga tanto la dádiva, cuanto el modo de hacerla

Ippolito Nievo

El ciclo escolar 2015-16 que inicia este lunes está marcado por profundos contrastes e incongruencias en el sector educativo nacional, pues mientras tres millones de estudiantes lograrán tener tabletas electrónicas “para mejorar sus condiciones de estudio”, el noventa por ciento de los planteles educativos de toda la República Mexicana presenta carencias de servicios tan básicos como energía eléctrica y agua potable –ya no digamos internet-. ¡Magnífico! la niñez mexicana podrá conocer ya los dispositivos electrónicos, falta que pueda utilizarlos.

Pero además de que la acción parece incongruente en sí misma, el problema es mucho más profundo, pues mientras se entregan tabletas y se abandona la infraestructura, los recursos generados por las reformas aprobadas en la administración de Enrique Peña Nieto y cuyo objetivo era precisamente mejorar las instalaciones escolares, han sido dispuestos de manera irregular, o por lo menos sin explicación alguna y no para el objetivo establecido, ejemplo de ello es el impuesto a los refrescos, que ha generado desde 2014 unos 25 mil millones de pesos cuyo destino no ha sido explicado por el gobierno federal; aun y cuando el objetivo de crearlo fue tener recursos para instalar bebederos en las escuelas del país, que evidentemente no han sido instalados.

Por partes, desde el inicio de la administración del presidente Enrique Peña Nieto, la entrega de dispositivos digitales como tabletas electrónicas y computadoras portátiles se definió como una tarea fundamental para “reducir la brecha digital” en los educandos de este país, tanto que para el ciclo escolar 2017-18 se espera haber cumplido la meta de entregar 5.8 millones de tabletas; incluso se informó que al iniciar este programa se dotó de la infraestructura necesaria a 20 mil 542 salones de quinto año, en 16 mil 740 primarias, y que la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) dotó de conectividad a 22 mil centros de enseñanza en el país.

Sin embargo, la enorme mayoría de las escuelas de este país carecen de los servicios necesarios para hacer factible el objetivo planteado con la entrega de dispositivos, pues de entrada cuatro mil planteles carecen de energía eléctrica y apenas el diez por ciento contaría con la conectividad para hacer funcionales los dispositivos; la medida parece rayar en lo absurdo.

El esfuerzo por mejorar es positivo, el problema radica en que los esfuerzos no se enfocan a lo fundamental, pues se entregan estos dispositivos con la intención de mejorar las condiciones de estudio, cuando el veinte por ciento de las escuelas de este país, es decir más de treinta mil, no cuentan siquiera con agua potable en sus instalaciones; y se desconoce incluso el estado técnico de la infraestructura de más de la mitad de todas las escuelas de México.

Y es que, a prácticamente tres años de iniciada la administración de Enrique Peña Nieto, el Programa de Diagnóstico de la Infraestructura Física, cuyo objetivo es determinar el grado de seguridad, funcionalidad y habitabilidad de las escuelas, tiene un avance de apenas el 49 por ciento, menos de la mitad, pues faltan por evaluarse 78 mil centros educativos; eso si, el director general del Instituto Nacional de la Infraestructura Física Educativa (Inifed), Miguel Ángel Vega Vargas, aseguró que este 2015 el estudio será concluido…si no ha podido en tres años.

Así, en marzo del presente año el secretario de Educación a nivel federal, Emilio Chauyffet Chemor, -ahora convaleciente- aseguró que, aun con el recorte presupuestal, antes de llegar al tercer año de gobierno de Peña Nieto se llegaría a la mitad del total de seis millones de tablets que se ha proyectado repartir. Muy bien, ya sólo faltará que puedan ser utilizadas.

SI NO HAY AGUA, BEBEDEROS, MENOS

Entre las reformas aprobadas en la administración de Enrique Peña Nieto se encuentra aquella que aplica un impuesto de un peso por cada litro de refresco, con el argumento de que todos los recursos que se generaran serían destinados para la instalación de bebederos y garantizar el suministro suficiente y continuo de agua potable en todas las escuelas del país; específicamente, la modificación normativa se publicó el 7 de mayo de 2014 en el Diario Oficial de la Federación, y modifica los artículos 7, 11 y 19 de la Ley General de Infraestructura Educativa.

Los ingresos para el gobierno federal se generaron, durante 2014 fueron 12 mil 400 millones de pesos y para el 2015, se calcula que llegará a 18 mil 271 millones de pesos, para un total de 30 mil 671 millones de pesos, de los cuales ya se habrían generado unos 25 mil millones de pesos. Sin embargo, los bebederos no fueron instalados; ni partida alguna se incluyó en el presupuesto 2015, a pesar de que el presupuesto estimado para tal labor sería de tan sólo tres mil 500 millones de pesos.

Aun así, el director del Inifed señaló que el programa de instalación de bebederos arrancará en 11 mil escuelas de prescolar, primaria y secundaria a partir de septiembre de 2015 y la conclusión está programada para julio de 2016. De acuerdo, pero mientras se sigue “aplaudiendo” la entrega de tabletas electrónicas, aun no hay bebederos y la aplicación de los recursos obtenidos es todo un misterio; si se asignaran los tres mil 500 millones del programa, faltarían por explicar 27 mil 171 millones de pesos; y los recursos que a partir de 2016 se recauden; pero con la crisis nacional, lo más probable es que no haya bebederos, y los recursos sigan aplicándose a cuestiones diferentes al fundamento del gravamen. Tremenda “caja chica.”

Y EN QUINTANA ROO…

En el estado, este lunes regresaron a las aulas poco más de 314 mil estudiantes de nivel básico, pero lo cierto es que las condiciones de infraestructura no son muy diferentes a lo que ocurre a nivel nacional, aunque a nivel local los datos actualizados con respecto al estado que guardan los planteles educativos no han sido dados a conocer, tal y como ha denunciado desde 2014 el Instituto Mexicano de Competitividad A.C. (IMCO).

Aun así, para la elaboración del presente Tiro de Piedra, desde el 07 de julio del presente año se solicitó al titular de la Secretaría de Educación y Cultura (SEyC), José Alberto Alonso Ovando, la información relativa a los planteles estatales, pues el Censo de Escuelas Maestros y Alumnos de Educación Básica y Especial (CEMABE) 2014 arrojó datos preocupantes. La solicitud se planteó de manera directa y también al área de Comunicación Social de dicha Secretaría, pero después de mes y medio, esa instancia continúa argumentando que no ha terminado la actualización de la misma.

Algo parece estar ocultando la instancia a cargo de Alonso Ovando, pues sólo como muestra, se menciona que, hasta abril de 2015, Quintana Roo se encontraba entre las seis entidades que sólo habían destinado entre el 26 y 50 por ciento de los recursos de la reforma educativa, junto con Campeche, Chihuahua, Coahuila, Nayarit y Yucatán; específicamente los recursos del Programa Escuelas de Excelencia para Abatir el Rezago Educativo, dirigido a 20 mil 154 escuelas públicas seleccionadas a nivel nacional durante el ciclo escolar 2014-2015.

Así, según los datos de 2014, fueron censados 2 mil 490 planteles de la entidad, y se detectó que 300 de ellos carecen de agua de la red pública, 170 no cuentan con energía eléctrica, 75 no cuentan con sanitario y más de la mitad – unas mil 250– carecen de drenaje.

Aunado a lo anterior, 170 escuelas carecen de pizarrones, en 425 los alumnos no tienen sillas donde sentarse y en 356 hacen falta mesas o algún tipo de soporte de apoyo; y aparte de esto en 340 escuelas los profesores no tienen escritorio y en 437 carecen de sillas donde sentarse.

Además, aunque en la entidad se están distribuyendo un total de 26 mil 588 tabletas electrónicas a estudiantes, docentes, directores y supervisores, el CEMABE detalla que en mil 76 planteles de la entidad carecen de internet, 780 no cuentan con equipo de computo para labores escolares y, mil 361 escuelas no tienen línea telefónica; es decir casi la mitad de todos los planteles de la entidad. Esa es la realidad de las estadísticas estatales, que no ha sido actualizada por parte de la dependencia que encabeza Alonso Ovando.

Los esfuerzos por parte del gobierno estatal parecen estarse realizando, pues apenas el 15 de junio se informó que se construirán 7 nuevos planteles y 50 nuevas aulas en los municipios de Othón P. Blanco, Cozumel, José María Morelos, Felipe Carrillo Puerto, Bacalar, Lázaro Cárdenas y Benito Juárez; y con los recursos por un total de 165 millones de pesos también se rehabilitarán algunas áreas escolares; sin embargo, no existe certeza en el avance, por lo menos no en la SEyC.

En términos generales y en lo que a aprovechamiento se refiere, los datos para Quintana Roo también son contrastantes, pues mientras la entidad es la cuarta a nivel nacional con menor rezago educativo; también ocupa el cuarto lugar nacional en índice de reprobación en educación media, y está en último lugar nacional en cobertura de educación preescolar; pero de nuevo, la SEyC parece no tener información que dar a conocer.

Por cierto, y con respecto al programa de bebederos; desde junio de 2014 se informó que un total de mil 152 escuelas del nivel básico del sector público y otras 221 privadas del estado del Estado de Quintana Roo serían atendidas con el programa federal; pero evidentemente nada ha ocurrido.

CONCLUSIÓN

Ese es el contexto, tanto nacional como local, en el que los estudiantes de nivel básico de este país regresan a las aulas este 24 de agosto, y ese es el lamentable estado de las instalaciones que no pueden ser ocultados con discurso alguno, menos aun si la estrategia es el silencio.

Por otra parte, habrá que ver si los presupuestos mejoran para 2016, porque los recursos existen por los gravámenes creados; pero no han sido destinados para el fin original. Tabletas para los estudiantes, aunque no tengan sillas, luz eléctrica, agua potable o internet en sus escuelas; y en contraparte, tremenda “caja chica” para el gobierno federal. Por los factores aquí mostrados y otros muchos, la educación de este país no mejora, pues “el relumbrón” es lo de hoy; así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra, nos leemos en la próxima.

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