Julian Santiesteban

A tiro de piedra: Pleitos partidistas y candidaturas

El elector goza del sagrado privilegio de votar  
por un candidato que eligieron otros 
Ambrose Bierce 

Por Julian Santiesteban 

A medio año de la definición formal de las candidaturas para el proceso electoral 2021, todos los partidos han comenzado a desgarrarse internamente por los espacios en disputa; bueno no todos, pues hay cinco más que esperan apenas la autorización del Instituto Nacional Electoral (INE) para ir a la “pesca” de sufragios, en el proceso electoral más grande de la historia nacional 

Faltan menos de tres semanas para que arranque el proceso electoral, podrán acudir a las urnas 96 millones de electores y estarán en juego tres mil 528 cargos de elección y, por primera vez, habrá posibilidad de reelección en la Cámara de Diputados federal y, a nivel de las entidades federativas será la segunda vez que aplique. 

Actualmente hay siete partidos políticos y en dos semanas pudieran sumarse cinco más, para llegar la oferta a doce. Demasiados, pues aun cuando las principales fuerzas políticas tiendan a coaligarse, en las boletas electorales habrá por lo menos ocho opciones por elegir; pero además deben considerarse las posibilidades reales de triunfo y mantenimiento de registro (los 5 nuevos, por ley deben competir solos en su primera elección y obtener el 3 por ciento de la votación válida para no perderlo); y es en esa dinámica que se inscriben los enfrentamientos internos, pues el partido de moda y mayoritario actualmente, Morena, se desgaja internamente por los apetitos de grupos diversos que ven en el 2021 la manera de llegar a alguna de las 15 gubernaturas, mil 932 alcaldías o mil 063 diputaciones locales; pero lo mismo ocurre en los demás, sea hacia adentro o hacia afuera; incluso con sus mismos aliados 

Por ejemplo, el Partido Verde Ecologista (PVE) anunció este lunes por la tarde que contenderán solos en el proceso 2021 y esa postura puede interpretarse únicamente como una reacción al rechazo de grupos de Morena de volverse a coaligar con los verdes, los cuales aseguran que es más lo que se pierde que lo que ganan; pero tanto los verdes saben que en competencia solitaria desaparecen, como Morena entiende que el valor real está en la co gobernanza; es decir, en alianzas en los Poderes del Estado ¿o ya nadie recuerda quién sacrificó 5 diputados para darle la mayoría absoluta a los morenos en el Congreso federal? Lo mismo con el Partido del Trabajo. 

Pero, del otro lado, -el de los conservadores, diría el presidente- las cosas están igual; aun en franquicias en pleno declive como el Partido de la Revolución Democrática (PRD) que en el Senado de la República hasta dejó de tener fracción parlamentaria, pero este fin de semana tuvo y, el próximo, tendrá proceso para renovar dirigencia estatal en Quintana Roo. En dicho proceso, dos grupos se disputan a zancadillas los despojos partidistas. Y por su parte, al Partido Acción Nacional (PAN), que en Quintana Roo no alcanza siquiera los 3 mil militantes, a nivel nacional, particularmente en la zona del bajío –donde actualmente son más representativos- le surgen escándalos relacionados con el pasado y con la intención de reducir sus posibilidades de triunfo electoral en 2021. Lucha que proviene de sus contrincantes, pero con visos de tener aliados al interior del blanquiazul. 

Si al lector le parece complicado el entorno y las motivaciones de los contendientes, prepárese, porque eso no incluye las estrategias de ataque contra el contrincante y los “merecimientos” que cada uno cree tener para abanderar a alguna fuerza política, que van desde asumirse militante y no “externo”, fundador o afiliado posterior y, la favorita, no tener antecedentes “de corrupción”, como si en el México que conocemos tener esa condición no fuera sine qua non para poder ascender en la administración pública, desgraciadamente. 

COMENTARIO MORBOSO 

CAMBIO EN POLICÍA EN ISLA MUJERES,   

ESPERANZA PARA TODO QR 

Poco más de un año ha padecido Quintana Roo la nada atinada gestión de Alberto Capella Ibarra al frente de la Secretaría de Seguridad Pública y, en ese periodo, ha habido desde promesas de campaña de solicitar al gobernador Carlos Joaquín González su destitución, como señalamientos recurrentes de actores públicos diversos sobre lo que hace o deja de hacer el aún funcionario, tan aficionado a las cámaras, pero no a las de seguridad, que ya debiera haber concluido de instalar, sino las de televisión, pues le encantan la fama y la farándula. 

Sin embargo, algo está ocurriendo, pero en contrario a lo que debiera pasar, pues recientemente en el municipio de Isla Mujeres se hizo el cambio de mando en la Policía Municipal, al frente de la cual quedó Eduardo Fouilloux Bataller, que llega –este sí, otros sólo por ser “rambos”-, con las más altas recomendaciones de los cuerpos castrenses de México, certificado y con formación militar y académica, e inmediatamente hubo quien con visión anacrónica e intenciones electoreras comenzó a cuestionar el relevo de Jaime Aguilar Ongay, como si hubiese sido un error, pero sobre todo para intentar enrarecer el ambiente local. Las grillas tienen origen en el Congreso local, ¿será que esos que ahora convierten el tema en electoral, ya cumplieron con su compromiso de exigir los cambios en la Secretaría de Seguridad estatal? 

Por cierto, al director saliente, Jaime Aguilar Ongay, hay quien asegura que permanecerá como policía en un alto cargo en la corporación estatal, no sólo por ser quintanarroense, sino por la experiencia acreditada y porque, además, Isla Mujeres y su zona continental tienen los indicadores más positivos de la entidad en seguridad. Habrá que esperar, por lo pronto, el cambio en la isla luce prometedor no sólo para ese municipio, sino como la antesala de mayores movimientos en las corporaciones. Ojalá que así sea, porque no sólo la demarcación que gobierna Juan Carrillo Soberanis merece cambios buenos, también el resto de Quintana Roo, así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima. 

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