Julian Santiesteban

A tiro de piedra: Morena y sus candidaturas, el pleito de siempre

Democracia: es una superstición muy difundida,  
un abuso de la estadística 
Jorge Luis Borges 

Por Julian Santiesteban 

Cuatro de seis entidades en las que Morena definió candidaturas para las elecciones de 2022 enfrentan inconformidades por los resultados, con imposición de candidatas en dos de ellas, ha tenido que reconocer el dirigente nacional, Mario Delgado Carrillo, y con la mitad de los candidatos con perfil priísta reciente. De hecho, la única entidad en la que una mujer ganó la encuesta de reconocimiento, fue Quintana Roo, con Mara Lezama Espinosa, pero aun así, se transita por el mismo camino de la ruptura. Esta semana habrá anuncios por parte de los no seleccionados. 

Estas son apenas las reacciones iniciales, pues el próximo año se renovarán, además de las seis gubernaturas (Aguascalientes, Durango, Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo y Tamaulipas), las presidencias municipales en cinco de ellas -con excepción de Quintana Roo, que lo hizo en junio pasado y ahora deberá renovar Congreso estatal-, para un total de 436 cargos de elección y, si se considera que en cada estado hubo por lo menos cinco finalistas, la inconformidad ya toma dimensiones mayúsculas, recordando incluso que, en diciembre de 2020, quejas hubo también en 8 de 15 entidades en las que se renovaron gubernaturas. Morena obtuvo 11. 

El dirigente nacional de Morena reconoció que, en 5 de 6 estados, las encuestas favorecieron a aspirantes hombres, por lo que en dos de ellas, tuvo que aplicarse una “corrección por paridad”: Durango y Aguascalientes; en la primera de estas ganó el senador José Ramón Enríquez, pero el partido optó por postular a Alma Marina Vitela, que durante más de 20 años ha tenido cargos por parte del Partido Revolucionario Institucional (PRI), y apenas en 2018 se unió al partido de la Cuarta Transformación Republicana. El senador ha anunciado que impugnará el proceso y esta entidad, junto con Aguascalientes, se convierten pues en las dos que pudieran perder los morenistas, favoreciendo al Partido Acción Nacional (PAN). Ambas, por cierto,  son actualmente gobernadas por el albiazul. Hay que destacar que, precisamente en Aguascalientes, quien ganó la encuesta fue el empresario Mario Ávila, pero se optó por designar a Nora Ruvalcaba. El ex aspirante ya aceptó los resultados 

Oaxaca es otra de las entidades en las que ha habido ya manifestaciones de inconformidad. Susana Harp, senadora actualmente, anunció que impugnará el proceso que dio por ganador a Salomón Jara Cruz. Lo “extraño” de esta entidad, fue que el partido determinara la postulación de un hombre, cuando más del 50 por ciento de los encuestados manifestó querer una gobernadora, y la inconforme ha recalcado además que fue la aspirante que menos puntaje negativo obtuvo de todos los contendientes en los seis estados, con apenas el 4.1, cuando el promedio es 13.3 por ciento (dato por cierto, que fue menospreciado en todas las entidades, pues sólo se enfocaron en el dato de “conocimiento”, y no de “intención de voto” o de puntaje negativo. La intención de voto se midió por partido, lo que resulta sesgado, para efectos de definición de candidaturas, porque no atiende la situación específica de los que compiten). 

En el caso concreto de Quintana Roo, la senadora Marybel Villegas Canché, manifestó su inconformidad, básicamente con los mismos argumentos de la senadora oaxaqueña, y anunció que tiene ya opciones partidistas distintas para contender por la gubernatura, además de una posible alianza con el actor Roberto Palazuelos. La postura parece irreconciliable, aunque la virtual candidata Lezama Espinosa ha declarado que ya hizo una primera llamada con todos los que contendieron y que aún espera “tener respuesta.” Además de Villegas Canché, el también senador, José Luis Pech Várguez emitió un comunicado inicial en el que señalada lo “dolorosa e inesperada” decisión tomada, pero además comentó al escribiente que será este lunes cuando emita un posicionamiento formal. 

En Hidalgo, por cierto, medios locales y nacionales han destacado que Julio Menchaca Salazar, resultó electo, y el único mensaje de apoyo que recibió entre los contendientes fue de la diputada Simey Olvera, pero en su presentación, delegado del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) guinda en el estado, César Cravioto, lanzó una advertencia por la ruptura interna que existe: “los verdaderos obradoristas que entienden que las aspiraciones personales no son las importantes sino las colectivas, están en este proyecto. Si hay algún compañero o compañera que quieran platicar y ser incluidos, todos suman. Quienes le quieran hacer el juego al sistema, lo harán, pero no serán los que estén en la Cuarta Transformación», dijo; así de enrarecido está el entorno local. 

 Así pues, a la luz de las inconformidades y con los argumentos expuestos por los no designados, se evidencia que las encuestas, efectivamente, no fueron el elemento sustancial para la definición de candidaturas, sobre todo, considerando los datos contenidos en las mismas. No están mal realizadas, están interpretadas a modo, que es distinto. Su propio contenido ha dado los argumentos para combatir las designaciones. Con esto como contexto, resulta evidente que los nombres definidos hasta ahora, de ninguna manera pueden darse como definitivos, si se toma además en cuenta que faltan las definiciones de alcaldías y diputaciones locales ¿alcanzará esa circunstancia a Quintana Roo? En la semana que inicia se verá la solidez de la argumentación de los inconformes. 

COMENTARIO MORBOSO 

Y no es que el resultado deba dejar contentos a todos, pues evidentemente, quienes no son designados candidatos o candidatas, mostrarán inconformidad. El quid del asunto radica en que se cuestiona no sólo el método sino también el procedimiento; es decir, la encuesta puede ser aceptada o no como la manera de definir candidaturas, pero que los resultados de las mismas brinden argumentos para afirmar que hay una interpretación sesgada, refuerza el dicho de que su utilización se mantiene como un acto de simulación, para imponer a quienes serán abanderados con encuesta o sin ella. Y ahí no hay conformidad posible. 

Ahora bien, los triunfos de Morena son consistentes en cada elección desde el 2018, pero también es creciente la disidencia. En el 2023 habrá elecciones en dos entidades (Coahuila y Estado de México) y en el 2024 la presidencial. Con las proyecciones hechas hasta ahora, el partido de la 4T llegaría en el 2022 a 24 entidades gobernadas, sólo superado históricamente por el PRI, que llegó a gobernar los 32 estados, y duró en el gobierno federal por 80 años. La mala noticia para Morena es la degradación interna que existe, tanta, que ha llevado a que compañeros históricos del presidente Andrés Manuel López Obrador, como Porfirio Muñoz Ledo, ha afirmado que ese proceso ocurrirá en los próximos dos años; es decir, justo cuando llegue el final de la presente administración. 

Luego entonces, más allá del aparente afianzamiento de la 4T, Morena luce, con esos desgajamientos, más como una estrella fugaz que como un cielo estrellado, y si la designación de candidatos es más una imposición simulada, también lo será el apoyo sostenido al partido. Parafraseando al mismo Muñoz Ledo, “el nivel de concentración de poder que existe en México no es ni heredable ni repetible”, veremos entonces desde ahora y hasta febrero, si hay una modificación en las designaciones que, aunque se festejaron como un ejercicio de transparencia, cada vez más se evidencia como “más de lo mismo”; así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima. 

Pd. Muñoz Ledo ya va rumbo al apoyo a partidos como Movimiento Ciudadano. “Yo sigo siendo de Morena, miembros, pero ya sabes cómo están los bollos”, remató el pasado 05 de diciembre, al recibir el Premio Nacional Benito Juárez al Mérito Ciudadano otorgado por ese partido ¿cuántos más se irán antes del 2024? 

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