Julian Santiesteban

A tiro de piedra: Morena, imposiciones; y Verdes «Verdes»

¿Necesidad? Palabra cómoda con que el culpable se quita de encima la culpa, 

 para arrojar en el vacío toda soberbia y traición 

E. de Geibel 

Por Julian Santiesteban 

Un exceso de soberbia, una manifestación de ser igual a lo que critican, una expresión máxima de que, primero, se trata de defender el poder y, luego, si hubiera posibilidad, atender las aspiraciones ciudadanas, fue la designación este fin de semana de los candidatos de Morena a las diputaciones federales. Esas y otras expresiones han inundado las redes sociales, pero, además, evidencian que los intereses locales terminaron por interponerse en la intención del gobierno federal de buscar la gobernabilidad y viabilidad de la Cuarta Transformación Republicana (4T), pues muestras hay de que se aprovechó la situación para tender redes de apoyo para el 2022, cuando estará en disputa la gubernatura de Quintana Roo. 

Al igual que las designaciones para las presidencias municipales, las candidaturas “morenas” para las diputaciones federales provocaron reacciones por parte de los que no fueron favorecidos; y hasta ahí todo parecería ordinario, pero en el sur de la entidad, los habitantes de los municipios Othón P. Blanco, Bacalar, José María Morelos y Felipe Carrillo Puerto, se enteraron que la pretensión de la 4T es que sean representados por una regidora del ayuntamiento de Benito Juárez, una habitantes de Cancún y dirigente estatal de ese partido: Anahí González Hernández. Imagínese el lector a la cancunense caminando las calles de Tambores de Emiliano Zapata, Tierras Negras, Monte Olivo, Puerto Arturo, La Pantera, El Gallito, Francisco Villa, por los “Chunes”, Uh May… ¿se imagina si le preguntan siquiera por la ubicación de esos poblados y a qué municipio pertenecen? 

Con respecto a la designación de Alberto Batún Chulim como candidato por el distrito 03 no hubo mayor aspaviento, pero la decena de aspirantes del sur han tomado como agravio personal lo hecho por su partido, pues no se distinguió entre “fundadores” o “allegados”, no hubo valoración de trayectoria o trabajo partidista, fue una decisión centralista tradicional, como cualquier partido en el poder que no escucha a sus militantes… lo cuestionable es que prometieron no realizar esas imposiciones y convertirse en un órgano democrático. Vaya, semejantes imposiciones fueron las que llevaron precisamente a derrotas históricas al Partido Revolucionario Institucional (PRI) y Acción Nacional (PAN) cuando despacharon desde la Presidencia de la República. Preocupante, cuando en el sur les urgía un candidato que fuera carismático, considerando la debilidad de su abanderado a la alcaldía, Luis Gamero Barranco, que ya de por sí llegó con el banderín con una férrea oposición interna. 

Marybel Villegas Canché logró poner a Luis Gamero para la presidencia capitalina; Mara Lezama, a la candidata a la diputación federal, dicen en los corrillos políticos, ¿pero y los demás aspirantes? Es más, ¿y los militantes y la gente de esta región estatal, de plano en nada importan? ¿Hay una mayor evidencia de que la repartición de espacios en el 2021, tiene más que ver con la contienda de 2022? Marybel y Mara, probablemente impusieron candidatos, pero falta aún que ganen las elecciones y, cualquier derrota a alguno de estos virtuales abanderados, será también una derrota sumada a quienes los impulsan. Tomarlo en cuenta, porque ni la “marca” Morena necesariamente les dará triunfos asegurados, ni la soberbia ha sido nunca buena consejera en lo que a política se refiere. 

Por cierto, hecha la evaluación final en la entrega de los espacios, cabe decir que, de los otros aspirantes al 2022, el único que ningún espacio obtuvo en el 2021 –a menos que algo extraordinario ocurra-, fue el diputado federal Luis Alegre Salazar; pues hasta el senador José Luis Pech Várguez, tiene “cercanía” con el virtual abanderado a la presidencia municipal de Tulum; Marciano Dzul Caamal, aunque no necesariamente puede afirmarse que por ello obtuvo la nominación. 

Y por último, señalar que, en lo bueno, este domingo, el Partido Verde Ecologista (PVE) designó a sus candidatos en los dos distritos a las diputaciones federales, quedando en el 01 el alcalde con licencia de Isla Mujeres, Juan Carrillo Soberanis, con la coordinadora parlamentaria local de Morena, Euterpe Gutiérrez Valasis (¿será que luego del primer año, el alcalde dejará la curul para la operación política del 2022?). En lo regular, en el Distrito 04, designaron a Laura Fernández Piña, con suplente la ex diputada local Santy Montemayor Castillo. Y en lo malo –para él- si este lunes, en el anuncio que haga el partido de las listas de candidatos a diputaciones plurinominales federales, no aparece el nombre de Gustavo Miranda García –como ya han adelantado que ocurrirá-, parece que la incipiente carrera política del aun presidente de la Junta de Coordinación Política (Jugocopo) del Congreso local, más que inicial, quedará en “trunca”, por la enorme cantidad de desaciertos cometidos, las rupturas internas generadas y las múltiples irregularidades administrativas que le han evidenciado en menos de un año de tener el cargo. De plano, hay verdes muy “verdes.” 

COMENTARIO MORBOSO 

A partir de este lunes, faltan 21 días para el inicio de las campañas electorales para la renovación de las once presidencias municipales en Quintana Roo; hasta ahora, pocos son los elementos tangibles para afirmar que, en los diferentes partidos y coaliciones en que las candidaturas se disputaron entre dos o más aspirantes, existe la concordia suficiente para, por lo menos, no tener al “enemigo en casa.” Desde Isla Mujeres hasta Othón P. Blanco, las rupturas son tan profundas, que el proceso electoral concurrente será atípico no sólo porque habrá comicios en 30 de 32 entidades y 21 mil cargos están en juego, sino porque la clase política nacional y local ha hecho gala de su desinterés por los anhelos ciudadanos, concentrándose más en los designios y deseos propios, de grupo o partido. Las necesidades sociales pueden esperar. 

Si al fenómeno se le denominara “voto cruzado”, en realidad parecería más una “balacera” en despoblado. Priístas votando por morenistas, panistas eligiendo morenos, morenos caminando con lo de Fuerza Por México, los del Partido del Trabajo apoyando a los de Redes Sociales Progresistas y estos últimos, haciendo como que compiten, pero compitiendo sólo como requisito para fraccionar el voto y permitir que los guindas tengan la oportunidad se seguir adelante con su 4T. 

¿Se imagina el lector la desconfianza que ha de existir en los respectivos “cuartos de guerra”? A estas alturas, y aun con el tiempo de falta para que la formalidad de la competencia arranque, todos ya tienen los “libros de jugadas” del enemigo y los abrazos y estrechadas de mano, parecen más puñaladas y enredadas de coronas de espinas…y todos a gusto, total, candidatos ya son; así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima. 

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