A tiro de piedra: El regreso de Hernán Pastrana

Es inútil toda polémica si no hay esperanza

 de que resulte provechosa

Juan Luis Vives

Por Julian Santiesteban

El gobierno de la capital de Quintana Roo está entrampado, sin recursos para afrontar sus responsabilidades mínimas y con una carga burocrática que le pesa tanto por su abultamiento como por su incapacidad para resolver la crisis ambiental que no se ve, pero que evidentemente se siente; y lo peor de todo no es eso, sino la soberbia de sus funcionarios que hacen como que no escuchan, mientras justifican con el abandono pasado la podredumbre presente.

Hernán Pastrana Pastrana ganó por segunda vez la presidencia municipal de Othón P. Blanco, pero por motivos de salud ha dejado en el cargo al primer regidor, José Luis Murrieta, quien ha hecho del cargo una burla tal, que los directores no sólo lo ignoran, sino que abiertamente se burlan de él, incumpliendo con la entrega de sus planes de trabajo al Cabildo y, lo peor, señalando abiertamente que nada le deben, pues el padrinazgo político los mantendrá en el cargo, así que el alcalde con licencia debe regresar, si no a resolver los problemas económicos, por lo menos a poner el orden que “el joven Murrieta” no logra.

En la semana, comerciantes de mercados realizaron una protesta en contra del director de Reglamento y Vía Pública, Emmanuel Magaña Cirerol, por cobros irregulares en los mercados de la capital; en esta ciudad ha sido declarada la contingencia ambiental tanto por la incompleta recoja de basura, como por la inadecuada disposición final de los residuos y el punto apenas fue salvado medianamente con la propuesta del PRI, María Hadad Castillo, quien propuso la creación inmediata de un comité para atender el tema, pero y ¿en dónde están los responsables de medio ambiente, de servicios públicos –de este último también hay exigencias para que renuncie-?

Irónico resulta que los concejales más atacados sean los que aun realizan tareas en favor del municipio, pues recuérdese que Hadad Castillo mantiene una demanda en contra del director de Comunicación Social, Rodrigo Madera, por violencia política; y en un intento por dinamizar la administración pública, el regidor independiente, Julio Velázquez Villegas prepara una iniciativa para exigir que los funcionarios con cargos directivos tengan formación y experiencia acreditable, lo que profesionalizaría sin duda, pero habría que ver si se aprueba, y luego de ello si es aplicable a la actual administración, porque vaya que hace falta, por lo menos para evitar el colapso gubernamental.

Así, mientras las responsabilidades financieras ya amenazan con frenar la administración municipal, los proveedores han anunciado demandas para que les paguen los adeudos y amenazan con cerrar las líneas de crédito al municipio; el cual, además de la millonaria deuda con proveedores, tiene pagar la histórica de unos mil millones de pesos, cuando ni siquiera tiene para sufragar la nómina y por ello ha cancelado las compensaciones de sueldo, debe liquidar los casi cuatro millones por afectaciones ambientales impuesta por la Procuraduría de Protección al Ambiente (PPA) e incluso los descuentos hechos a las prestaciones de los trabajadores desde administraciones anteriores, pero nadie afronta el problema, sólo se posterga con silencio…y eso está destruyendo más lo derruido.

Por todo lo anterior toma relevancia que ya comienza febrero y en su tercera semana Hernán Pastrana Pastrana deberá regresar al gobierno que dejó temporalmente y ya se rumora su retiro definitivo de la administración municipal; sin embargo, encontrará las mismas deficiencias que dejó; a los mismos funcionarios, su marcada incapacidad y las quejas y protestas públicas por su actuación, los mismos pendientes y la misma falta de liquidez.

Si Hernán Pastrana decidiera no asumir de nuevo la presidencia, si aceptara la diputación plurinominal por Morena para la XVI Legislatura, sería absolutamente comprensible, pero antes deberá regresar a presentar su licencia definitiva, hacer cambio de gabinete y generar las condiciones para que el sucesor verdaderamente gobierne, aunque no sea de Morena; así y sólo así podrá ir tranquilo y mantener el prestigio que como buen hombre le acompañó luego de su primera administración, en el periodo 1978-1981; así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima.

COMENTARIO MORBOSO

Hasta ahora y en teoría, un voto basta para definir el sentido de una elección, y dado que las reglas para pérdida de registro de un partido político son claras, lo que fuera Encuentro Social (PES) no podrá mantener su existencia, a menos que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) ignore que le faltó el 0.30 del 3 por ciento exigido para tal efecto; lo que en términos de votos significan 167 mil 062 ciudadanos que le negaron el apoyo a esa institución, considerando que votaron 62.1 millones de mexicanos. Mucho más que uno, ¿o no?

Aun así, en la formalidad el TEPJF no se ha manifestado al respecto, pero en Quintana Roo, el Instituto Electoral local dejó en suspenso su participación en la coalición “Juntos Haremos Historia por Quintana Roo”, encabezada por Morena y, el Partido del Trabajo (PT) y Verde Ecologista (PVE); así que faltará ver si el ex dirigente estatal del PES, Gregorio Sánchez Martínez, se mantiene en ese “barco a medio hundir” hasta el final, o de último momento es registrado como candidato externo por otro partido.

En este espacio hemos afirmado que, lo que a Morena importa de los partidos con los que se coaligó en Quintana Roo son sus votos en San Lázaro, y en el caso del PES suman 46 diputados federales, así que habrá que ver si la “alquimia” electoral le “aparece” esos miles de votos al PES para mantener su registro y le permite además recibir del Instituto Nacional Electora (INE) un presupuesto de 283 millones 310 diez mil 787 pesos como prerrogativas tan sólo para 2019. Vaya que le están resultando caros esos legisladores a la Cuarta Transformación Republicana, pero más caros nos resultarán, en lo inmediato y a la larga, a todos los mexicanos; así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos próxima.